miércoles, 17 de febrero de 2010

Óptica Surrealista

Tampoco diría que son vagos.

El montador de esta película me destina las mismas imágenes una semana tras otra, el guionista apenas ofrece variantes mínimas, y seguramente tengamos que culpar al productor de la censura de cualquier traza de escena erótica.

Y sin embargo, aquel día algo cambió. Aquel día apareció una chica dulce, simpática y por ende, bella. De blanco y con gafas, para más señas. Negligencia del productor (o no) me encontré en una escena en la que ella se reclinó hacia mí, posó suavemente sus manos sobre mi rostro y mirándome a los ojos de forma curiosa, situó su cara a pocos centímetros de la mía.

-Aquí. Mi lóbulo izquierdo. Mírelo fijamente.

Pez fuera del agua. Asumí con la naturalidad que pude la sensualidad de aquella escena. Sin dejar de mirarme a los ojos, los sopló. Ahora era yo el dueño de la mirada interrogante. De nuevo, su sonrisa.

-Tiene usted hipermetropía en el ojo derecho. No es grave porque se apoya en el izquierdo que es con el que realmente ve.

-No "realmente", creo que en ese ojo sufro de un acusado (tantas veces) surrealismo. Quizá usted me lo pueda diagnosticar, no sé... graduar.

-Me temo que no tengo lo necesario, caballero.

-Debe tener algún aparato para ello, señorita. Algún calibrador de Desnos, medidor de Breton... alguna suerte de artilugio con nombre seguramente francés.

Me miró con esa ceguera típica hiperrealista, por lo que no pude más que regresar al trabajo, cabizbajo.
Foto: Window Cleaner (Casslass)