Aquí tú y yo sentados, alma,
vamos a jugarnos la existencia
sin prisa
(Lino en el Soplo, V. Aleixandre)
vamos a jugarnos la existencia
sin prisa
(Lino en el Soplo, V. Aleixandre)
Te fuiste hace tantos meses y hoy me atreví entrar en aquel cuarto, hasta ahora cerrado, hasta ahora maldito. Creí haber tragado las llaves, vomitado mis penas. Qué sé yo, simplemente decidí entrar. Me he detenido en aquellas fotos de la pared, tal y como las abandonamos. Recuerdos de mi vida pendiendo de la pared con un cierto tañido brumoso. Quizá sólo sea polvo, me digo bromeando, pero es inútil intentar ahuyentar toda esta melancolía. En este otro cajón guardabas mi corazón de viaje. Nunca te lo llevaste. Aunque esto no es cierto. Sería como decir que nunca me amaste, un voluntarismo fácil al que dejo que recurran otros. Porque me amaste y yo apenas he aguantado unos instantes de pie, cobarde de mí. Desconsolado en el rincón donde un día perfilé estas alas, ¿te acuerdas?, imagino preguntarte. Jugué a ser un ángel caído y amenacé la pared con un pincel de azul, tal cual. Tú reías. Y un fragmento de mí escribe todo esto. Qué estética es la derrota del otro lado de la cuarta pared, me digo. Pero aquí el teléfono tiembla entre mis manos y no sé a quién de ellas llamar para acompañarme en esta noche de fracasos, que no será más que otra noche sin ti, otra noche de otro con otra.
"un momento se va... y no vuelve a pasar" (Infinito, Bunbury)